Para evitar el efecto rebote en la modernización de regadíos es necesario que el incremento de eficiencia neto del sistema sea acompañado de una reducción sufciente de la dotación, de manera que el consumo de agua, el producto de la nueva eficiencia (aumentada)  por la nueva dotación (reducida), se mantenga o disminuya.

Con el fin de incorporar  todos los aspectos involucrados en los procesos de conversión del agua extraida a agua consumida (evapotranspirada), se establece una metodología racional para evaluar el Indice Consumo Uso (ICU) antes y después de la modernización, que además de los coeficientes tradicionales (Eficacia de aplicación y Eficacia de distribución) introduce tres nuevos indices, relacionados con los consumos asociados a las fugas, a al riego en parcela no productivo y al estrés hidrico del cultivo.

Esto permite, entre otros objetivos,  estimar los cambios de consumo para cambios de dotación dados, y concluir que el las modernizaciones de riego por gravedad a riego por aspersión la reducción de dotación debe ser del orden del 22% , y del  orden del 30% en el caso de cambio a riego por goteo, para que no se incremente el consumo.